En todas las empresas hay alguien a quien se le llama “mi brazo derecho”. Muchas veces, ese alguien es el contador. Conoce todo, está en cada movimiento, y su lealtad es incondicional. Pero… ¿de qué sirve un brazo derecho si no está verdaderamente unido al cuerpo?
Este News es una invitación a reflexionar sobre el rol del contador en la empresa moderna. ¿Está cumpliendo su verdadero potencial? ¿Le estamos permitiendo hacerlo?
En muchas empresas, el contador es reconocido por su compromiso y experiencia. Pero su aporte queda limitado a tareas técnicas, como balances, impuestos y reportes. Está cerca, pero no conectado al corazón de la empresa ni a sus decisiones más importantes
CONVIERTA LOS NÚMEROS EN DECISIONES
Hoy se necesita un contador que entienda la estrategia, los riesgos, las oportunidades. Que interprete los números y los convierta en decisiones. Que deje de ser solo un ejecutor para convertirse en protagonista.
Un buen contador puede ser una de las voces más valiosas en la mesa. Pero necesita que se le incluya, que se confíe en él, que se le escuche con la misma atención que a un socio. La clave está en cambiar la forma en que se le integra.
El contador debe estar dispuesto a crecer, actualizarse, proponer. Y el gerente debe querer un aliado más, no solo un técnico. Juntos pueden lograr una empresa más ágil, más precisa, más preparada.
Incluye a tu contador en una conversación estratégica. Pídele que te dé su visión. Y si eres contador, rompe el silencio: da ese paso extra que nadie espera. Ahí empieza el cambio.
Un brazo derecho es más que alguien que está ahí. Es alguien que se mueve con el cuerpo, piensa con el cerebro y siente con el corazón del negocio. Unirlo al cuerpo es una decisión que transforma la manera de gestionar.
Y esa decisión… se toma hoy.